Jorge Varela Márquez/ Premio Ambiental Goldman 1999
La palabra “villano” tiene dos
acepciones: Una de ellas se refiere a una persona u organismo que es capaz de
actuar de manera cruel y traidora. Se suele tratar de villanos a los
funcionarios de Estados Unidos (USA), Europa y a sus empresas transnacionales.
Igual denominación se le atribuye al Comando Sur de USA por controlar a las
Fuerzas Armadas de Honduras (FAH) según sus intereses geopolíticos, mientras
dichas FAH cuyo salario y armas paga el pueblo de este país no pueden defender
ni la Constitución ni la Soberanía de la República. Igual denominación se le
adjudica a cierto grupo empresarial que depreda los bienes del pueblo y a la alta
jerarquía católica y evangélica. Aunque el peor villano según se corea en
masivas movilizaciones populares es el Presidente Juan Orlando Hernández (JOH),
por controlar todos los poderes del Estado como un dictador; por regalar bajo
el eufemismo de “concesión” miles de kilómetros de territorio continental y
marítimo a la oligarquía y
transnacionales; por estar a punto de regalar las Zonas de Pesca
Artesanal, la Zona Económica Exclusiva y todos los recursos acuáticos del país;
por viajar por el Mundo ofreciendo territorios de Honduras bajo el nombre de
“ZEDES”; por cobrar impuestos y usarlos con “secretividad”; por aumentar el
desempleo, derogar beneficios laborales, colapsar el sistema de salud pública… Por
aceptar que su partido saqueó fondos de la seguridad social para financiar su
campaña presidencial, sin importarle propiciar la invalidez o muerte de miles
de enfermos, etc. Se diría que este es el peor villano, a quien el pueblo le exige
la renuncia y juicio político, sin embargo JOH sólo puede “hacer lo que tiene
que hacer” con la complicidad de apátridas diputados que desde el congreso
nacional le han satisfecho sus caprichos… diputados en los dos partidos
tradicionales se sincronizan para legislar a favor de cualquier aberración que les
proponga su amo, por esto, los diputados son merecedores de ser llamados los “peores
villanos” que llenan de indignación a un pueblo que se lanza masivamente a las
calles exigiendo la intervención de una Comisión Internacional contra la
Impunidad (CICI) que pueda juzgar al gobierno de JOH y a sus subalternos en el
Congreso, Ministerio Público y Corte Suprema de “Justicia”.
La otra acepción de “villano”,
se le otorga a una población que vive en una “villa” y por ello se le considera
aldeano, vulgar, grosero, rústico, ignorante… y este término, ahora es
extensivo a un pueblo cuya miseria lo hace entregar el poder de su nación
precisamente a quienes lo empobrecen y enriquecen a su costa, _tal como lo ha
dicho el Papa Francisco_. Pero si se recuerda la historia, han sido estos “villanos”
quienes hartos de la corrupción, junto con militares patriotas despojados
voluntariamente de sus uniformes, han logrado la caída de imperios, malos
presidentes y dictadores _léase la revolución rusa, francesa, cubana,
nicaragüense, árabe etc._ y esto puede preocupar a los países del Norte porque
podría cambiar su geopolítica de dominio regional, empero a los villanos del
Congreso Nacional y a su patrón parece que este fenómeno no les perturba y
atizan el fuego continuando con sus desafueros y afanes
reeleccionistas…Obnubilados de poder no perciben de que un día puede regresar
Jesús a sacar a los mercaderes del Templo. Ojalá que la Organización de las
Naciones Unidas, no le de carácter
ideológico a una previsible lucha por la sobrevivencia de Honduras...ó a una hecatombe
que con su ayuda, aún se puede evitar.
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